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Amor, Noviazgo y Matrimonio

CUANDO EL AMOR SE IMPACIENTA

 

 

Deseo que puedas ser encontrado por la persona adecuada que, seguramente, te está buscando en algún punto del ignoto y vasto universo. Hay alguien -para cada uno- en este misterioso laberinto en el que, a menudo, nos desorientamos y perdemos. Sólo basta que seas encontrado. Lo que está destinado a tu vida, ciertamente te está buscando. Tal vez sólo sea cuestión de tiempo.

 

 

(...) En ocasiones el corazón se pone impaciente, anhelante y ansioso porque el amor tiene otro reloj, otro calendario y agenda que no siempre coincide con nuestro propio ritmo. Quisiéramos apurar su tiempo. Descubrir cuál es su momento. Sólo nos queda dejar que nos encuentre. Cuando se pone en marcha, no hay quien detenga el arribo del amor. Con él, llega lo mejor. Sólo hay que abrir los ojos

 

Padre Eduardo Casas

"Espiritualidad y Madurez humana"

Ed. Santa María, 2014

 

                           EL VERDADERO AMOR DE PAREJA

 

 

Un famoso maestro se reunión con un grupo de jóvenes que estaban en contra del matrimonio.

 

Los muchachos argumentaban que el romanticismo constituye el verdadero sustento de las parejas y  que es preferible acabar con la relación cuando esta se apaga, en lugar de entrar a la hueca monotonía del matrimonio.

 

El maestro les dijo que respetaba su opinión, pero les relato lo siguiente:

 

Mis padres vivieron 55 años casados una mañana mi madre bajaba las escaleras para preparar el desayuno y sufrió un infarto. Cayo.

Mi padre corrió, la levanto como pudo y casi a rastras la subió al coche. A toda velocidad, sin respetar las normas de circulación, condujo hasta el hospital. Cuando llego, por desgracia, ya había fallecido, durante el entierro, mi padre no hablo, su Mirada estaba perdida. Casi no lloro. Esa noche sus hijos nos reunimos con él.

 

En un ambiente de dolor y nostalgia recordamos hermosas anécdotas, el pidió a mi hermano teólogo que le dijera donde estaría su esposa en ese momento, mi hermano comenzó a hablar de la vida después de la muerte, conjeturo como y donde estaría ella, mi padre escuchaba con gran atención, de pronto pidió:

 

“LLEVENME AL CEMENTERIO”.

 

Papa-respondimos! SON las 11 de la noche, no podemos ir al cementerio ahora! alzo la voz y con una mirada vidriosa dijo:

 

 “NO DISCUTAIS CON EL HOMBRE QUE ACABA DE PERDER A LA QUE FUE SU ESPOSA DURANTE 55 AÑOS”.

 

Se produjo un momento de respetuoso silencio. No discutimos más.

Fuimos al cementerio, pedimos permiso al vigilante y con una linterna llegamos a  la lapida.

 Mi padre la acaricio, lloro y nos dijo:

“Fueron 55 años...Sabéis? Nadia puede hablar del amor verdadero si no tiene idea de lo que es compartir la vida con una mujer así”.

 

Hizo una pausa y se limpio la cara.

 

 “ella y yo estuvimos juntos en aquella crisis, en mi cambio de empleo, hicimos el equipaje cuando vendimos la casa y nos mudamos de ciudad, compartimos la alegría de ver a nuestros hijos terminar sus carreras, lloramos uno al lado del otro la partida de seres queridos, nos apoyamos en el dolor, nos abrazamos en cada navidad, y perdonamos nuestros error... hijos, ahora se ha ido y estoy contento, ¿sabéis por qué? por que se fue antes que yo, no tuvo que vivir la agonía y el dolor de enterrarme, de quedarse sola, seré yo quien pase por eso, y doy gracias.

 

La amo tanto que no me hubiera gustado que sufriera” Cuando mi padre termino de hablar, mis hermanos y yo teníamos el rostro empapado de lagrimas.

 

Los abrazamos y el nos consoló:

 

“Todo estaremos bien hijos, podemos irnos a casa; ha sido un buen día”

 

Esa noche entendí lo que es el verdadero amor. Distan mucho del romanticismo, no tiene que ver demasiado con la sexualidad o erotismo, más bien se vincula al trabajo y al cuidado que se profesan dos personas realmente comprometidas.

 

Cuando el maestro termino de explicar su relato, los jóvenes no pudieron debatirle,

 

ESE TIPO DE AMOR ERA ALGO QUE NO CONOCIAN.

 

 

Dios te Bendiga...

 

 

Aprendiendo el arte de amar…

 

 

Algo crucial dentro del noviazgo, es ese esfuerzo permanente para aprender juntos el difícil arte de amar. Y el deseo de amar (con amor verdadero) se explica muy bien en una pequeña historia que aquí les presento; aquí no se describe el amor entre novios, sino el de una madre por su hijo.

 

La realidad es exactamente lo mismo que en el amor de noviazgo, pero la aplicación simplemente es diferente y el autor presenta en esta historia varios personajes: uno de ellos es un muchacho que se llama José Ignacio, hijo de una viuda que se llama Doña Luz, y la historia dice lo siguiente:

 

"José Ignacio, el mayor de los hermanos, es lo que se dice un hijo muy noble, calificaciones excelentes, pero quince años son quince años y un día José Ignacio quería una guitarra y, ni corto ni perezoso, la víspera de su cumpleaños tuvo la ocurrencia de colocar sobre la servilleta de su madre, a la hora de la comida, un sobre azul que contenía un tarjetón donde había escrito previamente con su letra más cuidada lo que sigue:

 

Por hacer los mandados de mamá, 5 dólares;

Por acompañar a Margarita al colegio, 5 dólares;

Por explicar matemáticas a Juanín, 15 dólares;

Por salir sobresaliente en todo, 25 dólares;

Por arreglar la luz y otros desperfectos del hogar, 20 dólares;

Total 70 dólares, Y una nota que decía: esto es lo que cuesta una guitarra.

 

Doña luz leyó estas líneas sin hacer comentarios, si bien pareció ensombrecerse su rostro dulce y sereno de costumbre. Aquella tarde José Ignacio estuvo triste en el colegio, temía de pronto haber sido poco delicado con su madre. El sólo había pretendido pedir algo con humor, pero ahora se maldecía por haber hecho una cosa semejante; hubiera deseado pedir perdón, explicarse con ella pero le dio vergüenza.

 

Al día siguiente cuando entró en el comedor ya había olvidado casi la escena de la víspera, por eso mismo fue mayor su sorpresa al ver sobre la silla una hermosa guitarra.

 

Pero cuando ya iba a tomarla entre sus manos, vio el sobre azul que reposaba encima de su propia servilleta, miró a su madre que tenía los ojos bajos y rasgó el sobre con cierta prevención, ahí, con la letra picuda e inconfundible, estaba escrito lo que sigue: 

 

Por haberte criado y alimentado hasta el presente, cero dólares;

Por haberte enseñado a rezar y a distinguir el bien del mal, cero dólares;

Por velarte treinta noches cuando estuviste enfermo, cero dólares;

Por trabajar hasta altas horas con el fin de pagar el colegio, cero dólares;

Por consagrarte mi vida toda definitivamente, cero dólares,

Total cero dólares y una nota que decía: 

 

"todo esto y mucho más seguirá haciendo tu madre por ti sólo porque te quiere". Cuando José Ignacio levantó los ojos, tras leer la última línea los tenía llenos de agua y Doña Luz le atrajo sonriendo contra el pecho "no llores hijo" le decía, "es porque soy tu madre, ¿no comprendes?".

 

Ciertamente esa historia podría llamarse: "una definición perfecta de lo que es el amor". Y eso es lo que tienen que hacer los novios; esa es su tarea; eso es lo importante. Si aprenden eso, lo aprendieron todo, si no, aprenden eso no han aprendido nada.

 

Amar, en su sentido más pleno significa esencialmente renunciar a sí mismo; olvidarse de sí mismo; sacrificarse a sí mismo por el otro; por lo que se ama. Por eso, en alguna pareja que afirma amarse, sea una pareja de casados o una pareja de novios, el problema fundamental está en ver hasta qué punto ambos están dispuestos a ofrecerse el uno al otro; ofrecerse con una ofrenda total que desprenda radicalmente a cada uno de sí mismo, para consagrarse al servicio del otro.

Todos somos criaturas de Dios; somos imagen de Dios. También el amor del hombre está hecho a imagen del amor de Dios, y Cristo nos ha enseñado que el grado de amor se mide por la altura del calvario que puede subirse por la felicidad del ser amado. "No hay mayor prueba de amor que el dar la vida" son palabras de Cristo.

 

Es un lenguaje duro, que no tiene nada de lindo, sin embargo lo curioso, lo paradójico, lo increíble y lo tremendamente real de todo este panorama, es que solamente así el amor hace feliz al hombre. Ese "deseo ser feliz", ese "quiero ser feliz", tiene que transformarse en ese giro "hacer feliz". Así es el hombre; si pasamos la vida buscando nuestra propia felicidad, estamos destinados al fracaso. Pero si decidimos buscar la felicidad de los demás, y de eso se trata el amor, entonces seguramente vamos a encontrar nuestra propia felicidad.

 

Por eso, lo que más lastima al amor, el más grande enemigo del noviazgo, como de la vida, es el egoísmo. Ese buscarme yo, ese protegerme yo, ese adorarme yo, ese convertirme a mí mismo en mi propia religión. 

 

La película "Kramer vs. Kramer" narra la historia de una pareja y su niño, en la que un buen día la señora abandona la casa, se va, se encuentra con una amiga y quiere explicar lo que había hecho diciendo: "lo que pasa es que yo ya estaba cansada de ser "de alguien", siempre había sido hija "de" mis padres, después esposa "de" mi marido, madre "de" mi hijo, y añade: "yo quería ser mía por primera vez".

 

Esa frase que más que el guión de una película es el reflejo de una mentalidad, es básicamente lo que más destruye a los matrimonios y a los noviazgos. Y si algo tienen que aprender los novios es el arte de amar.

 

La felicidad de una persona es tan grande como su horizonte le alcanza y le permite; si yo tengo un horizonte chiquito mi felicidad así será. Si tengo un horizonte amplio, si puedo ver más allá de mis propias narices, entonces existe alguna posibilidad de alcanzar la felicidad en mi vida.

 

Pidamos pues a Dios cada día, nos de esa capacidad de amar, hasta que duela, capacidad de desalojar nuestro egoísmo que nos impide amar a nuestros semejantes, y capacidad de perdonar cuando alguien nos ofende…

 

Alabado sea Jesucristo: Por siempre sea Alabado…

 

 

 

 

 

 

Así viven su sexualidad las personas que saben amar de verdad

 

 

La castidad es el uso correcto de la capacidad generativa y de los actos relacionados con ésta. En el matrimonio reclama fidelidad, fuera de él, abstinencia gozosa. Pero la vivencia de la castidad es mucho más profunda. Es una actitud interior, es pureza de la mente y del corazón, es la capacidad de vivir la dimensión sexual en beneficio de las personas."Dichosos los limpios de corazón". 

Sólo en el matrimonio es adecuado hacer uso de la genitalidad. Existe por su función reproductiva (procreación) y es en el matrimonio donde se está en capacidad de cuidar y educar bien a los hijos (consecuencia natural del uso de la genitalidad).
Da oportunidad para que un hombre y una mujer se expresen el mutuo amor de un modo pleno, y esto sólo lo merece quien se ha comprometido de un modo definitivo a caminar juntos (unión). Quien vive en castidad está en armonía con la naturaleza del acto conyugal. Si la unión genital sólo debe darse en el contexto matrimonial, entonces la excitación asociada a esta unión también pertenece a los esposos y sólo a ellos.

El cariño que se expresan los novios será verdadero y bien orientado si saben respetar estos límites. "Sólo mi esposo merecerá ese regalo". Quien vive en castidad expresa un amor real. Quien ama de verdad, es capaz de esperar hasta el matrimonio. Busca a la persona por lo que es, y no por el placer. Este es el modo de probar que se ama al otro, y de probar el amor del otro.


"Si me amas de verdad, podrás esperar". 

Un requisito para que el amor sea real es que sea generoso y disciplinado. El amor exige sacrificio. El sexo pre-marital es egoísta y es de personas sin dominio propio. Quien lo practica no se entrena en el sacrificio.

La castidad prepara el camino a la fidelidad. No hay que "quemar etapas", el noviazgo necesita más diálogo. "Un buen noviazgo es la base de un buen matrimonio". La castidad es signo de madurez afectiva y humana. No se trata de reprimir, sino de sublimar. De hecho, sólo quien vive en castidad es realmente libre; el que no, se esclaviza, es vicioso.
Sólo el que es casto puede vivir libre de preocupaciones innecesarias.
"La castidad da alegría y libertad". Propio del ser humano es que la razón domine la pasión.


La castidad hace a la persona más humana.

El autodominio hace al hombre más hombre, y a la mujer más mujer. Los animales siguen su instinto sin preocuparse de nada más... algunos pobres seres humanos proceden igual. "Yo soy un ser humano, me comporto como tal".
La castidad es signo de sabiduría y sensatez, darse cuenta de que se está explotando al ser humano por uno de sus lados más débiles para vender productos. El joven que razona no cae en el consumismo sexual.


"No sólo tengo hormonas, también tengo neuronas".

La castidad es un modo para darse a respetar y para que nos valoren como personas, y no como objetos de placer.
Es signo de autoestima, y su práctica la aumenta. "Valgo mucho. No soy juguete de nadie".
Los muchachos que valen la pena, valoran más a las muchachas que se hacen respetar, y viceversa. De hecho, van a querer un(a) esposo(a) que se haya comportado con dignidad. Los y las "fáciles" parecen ser preferidos, pero en realidad, los que saben pensar no quieren que el padre o la madre de sus hijos haya sido un(a) persona "fácil". Cada uno con su comportamiento, escoge el tipo de persona que quiere a su lado.

"Si me doy como persona, seré valorado(a) como persona. Si lo que ofrezco es carne, seré valorado(a) como carne".

 

Dios te Bendiga...

 

 

Oración de los Novios:

 

 

En mi corazón, Señor, se ha encendido el amor por una criatura que Tú conoces y amas:

 

Haz que no malgaste esta riqueza que Tú has puesto en mi corazón:

 

Enséñame que el amor es un don y que no puede mezclarse con ningún egoísmo;

 

Que el amor es puro, y no puede quedar en ninguna bajeza;

 

Que el amor es fecundo, y desde hoy debe producir un nuevo modo de vivir en los dos.

 

Ayúdanos en nuestra preparación al matrimonio, a su grandeza, a su responsabilidad, a fin de que, desde ahora, nuestras almas dominen nuestros cuerpos y los conduzcan en el amor.

 

 

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